COFEPRIS: 2325012002A00021
Se pierde el colágeno, que es el elemento que le da una apariencia gruesa y la elastina, que es la que hace que se estire y vuelva a su sitio con rapidez. El tiempo hace que las células sanas y jóvenes se deterioren y le den a la piel un aspecto más apagado.
Podría incluir un peeling químico, máscaras de colágeno, y sueros especiales que tienen incluyen antioxidantes como la vitamina C o ingredientes como el ácido hialurónico). Estos elementos hidratan, exfolian y nutren la piel para darle un aspecto más joven.
Antes de comenzar un tratamiento antiaging lo primero es hacer una limpieza de la cara. La limpieza se realiza con algodón y esponjas y tónico o cualquier otro producto de belleza para la limpieza facial. Es mejor si se elije un producto para pieles maduras, como por ejemplo, un limpiador cremoso.
La esteticista cubre tus ojos y mira a tu piel a través de una lente de aumento iluminado que revelará varias afecciones cutáneas, como la sequedad de la piel, capilares rotos, manchas, líneas finas y arrugas. Si la esteticista no sabe de qué sufre más tu piel, dificilmente podrá ponerle una solución.
La exfoliación permite una mejor oxigenación de la piel y activa la circulación. Además, la ayuda a regenerarse y a ser más receptiva a la hidratación. Durante la exfoliación se extraen los puntos negros, que suelen ser bastante comunes en la piel madura.
Se realiza con movimientos clásicos que ayudan a la piel a relajarse y a la vez la estimula junto con los músculos faciales.
Con una mascarilla especialmente seleccionada para pieles maduras.